1 de julio de 2013

Viernes 28 de Junio

Al fin. A las siete y media salí de la oficina y fui al apartamento. Ella había llegado antes, había abierto con su llave y se había instalado. Cuando llegué me recibió alegremente y sin inhibiciones, otra vez con un beso. Comimos. Hablamos. Reímos. Hicimos el amor. Todo estuvo tan bien, que no vale la pena escribirlo. Estoy rezando: "Que dure", y para presionar a Dios voy a tocar madera sin patas.

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